viernes, 4 de enero de 2019

Movimientos de un Corvo


La única forma de utilizar un corvo con habilidad es conocerlo a fondo; su peso, sus partes, tacto y balance. La fuerza y solidez de la muñeca es central, saber aprovechar la oportunidad de ataque es importante y si a esto sumamos una buena agilidad, gran fuerza física y rapidez de reacción, el corvo puede volverse un arma letal. Muy pocos corvos tienen la capacidad de defender. Es una arma de ataque, que debe buscar siempre el golpe certero que termine el encuentro a la brevedad. Se busca que principalmente se dañen los órganos vitales, más que las extremidades.
El corvo tradicional se toma como un martillo, con la punta hacia los pies del enemigo y manteniendo una mano desarmada cerca al cuerpo y a la altura de la cadera para contrapesar e incluso fintear, buscando que el enemigo inevitablemente se exponga.

Cachazo
Movimiento de corta distancia , se golpea con el pomo horizontalmente, hacia afuera o vertical hacia arriba.
Picotazo (Idealmente para el Pico de Cóndor)
La curvatura se clava de manera perpendicular al cuerpo y al extender el brazo por completo, hacia dentro se hunde formando una herida curva, permitiendo dañar la cavidad torácica, los ojos o el cuello.
Revés
La cara exterior de la hoja se aplica al blanco, se aprovecha el retorno del cuchillo para dañar con un corte, atacando incluso al retroceder. El objetivo es el rostro, para preparar el golpe definitivo.
Tajo
Ataque con la cara interior de la hoja. El corvo corta de un lado a otro del cuerpo. Puede aplicarse en el tórax, ingle, cara, cuello e incluso las extremidades.
Zarpazo (Idealmente para Garra del Puma)
Se clava de manera perpendicular y de arriba abajo al objetivo aprovechando el peso del arma, desgarrando al continuar su trayectoria. De esta forma se golpea a la cabeza, hombros y esternón.

  • Tajo: Se da con la cara interior de la hoja. Dentro de la distancia de ataque el Corvo corta limpiamente, pasando de un lado a otro del cuerpo. Este golpe se aplica en el vientre, ingle, cara, cuello, interior del codo y muñeca.
  • Revés: Se usa la cara exterior de la hoja, va hacia cualquier blanco y se aplica cuando el cuchillo vuelve de un tajo para aprovechar el movimiento, atacando siempre, aun al retroceder. Preferentemente se ataca al rostro para preparar el golpe de muerte.
  • Cala-Sandía: A modo de hacha, el Pico de Choroy parte en dos la cabeza del oponente en forma vertical.
  • La Chaqueta: La Uña del Diablo, rápidamente en dos movimientos descendentes, produce dos heridas enormes en forma vertical en ambos costados del tronco del oponente. De esta manera se crean bolsillos como los de una chaqueta, y el herido al tratar de comprimir sus heridas inútilmente, sus manos pasan de largo hacia el interior de sus propias entrañas.
  • Zarpazo: La Garra de Puma se clava de forma perpendicular y de arriba abajo al objetivo, aprovechando el peso del arma y del brazo, desgarrando al continuar su trayectoria y atrapando al enemigo al tomar contacto con el hueso. De esta forma se golpea a la cabeza, hombros y esternón.
  • El Gancho: La Garra de Puma en movimiento ascendente, se clava en la parte lateral interna del muslo o en los genitales, y de un solo tirón, el contrincante es levantado algunos centímetros del suelo gracias al impacto, y esto crea una herida profunda que lo desangra en pocos minutos.
  • Picotazo: El Pico de Cóndor se clava de forma perpendicular al cuerpo y al extender el brazo por completo, hacia dentro se hunde formando una herida curva hacia abajo, lo que permite perforar la cavidad torácica, los ojos o el cuello.
  • El Amigo: Cuando el combate es cerrado y hay un contacto extremo con el oponente, la Uña del Diablo entra en forma lateral a la altura media de la columna vertebral y crea una herida horizontal hasta los riñones, mientras se abraza al contrincante.
  • El Leñero: El Pico de Choroy en movimiento descendente, parte las extremidades con golpes en las articulaciones de los brazos. La idea de este golpe es la mutilación en vida del oponente.
  • Cachazo: Se usa en la corta distancia, pegando con el pomo en línea horizontal hacia afuera o vertical hacia arriba.



Manejo

El Corvo es un arma poco convencional y para su uso efectivo (como con casi todos los cuchillos no convencionales) se debe estar familiarizado con él, con su peso, sus partes, tacto y balance. Asimismo, se sabe que una hoja curvada causa más daño anatómico que una hoja recta por el efecto geométrico de desgarro que deja en el cuerpo del afectado, mientras que una hoja recta deja un corte limpio que puede ser fácilmente suturado. A diferencia de otros tipos de esgrima, en las que se hablan de cortes o estocadas, la esgrima de Corvo habla de golpes o picotazos, siendo definitivamente más fácil hacer un daño mayor sin una preparación tan especializada como con otras armas, ya que el Corvo no requiere una gran fuerza, destreza, flexibilidad o agilidad para ser usado con efectividad. Lo verdaderamente importante es la solidez de la muñeca, juzgar bien las distancias y saber aprovechar la oportunidad.
Como se dijo anteriormente el Corvo se toma con la mano atrasada como un martillo, con la punta mirando directamente a los pies del enemigo y manteniendo la mano a la altura de la cadera. La mano adelantada se mantiene cercana al cuerpo para contrapesar o se usa para fintear, forzando al enemigo a exponerse.
Jamás hay que olvidar que el Corvo concentra su peso y momentum en la punta o el filo, dependiendo de la ubicación del blanco. Aunque el Corvo no sirve para apuñalar, la forma del cuchillo permite mecánicamente multiplicar la fuerza del atacante y provocar heridas graves o mutilaciones fácilmente.
La pelea con Corvo es brutal y despiadada, la actitud mental es lo primero y sólo debe buscarse el golpe que da fin inmediato a la contienda ya que el Corvo no tiene aptitud para la defensa, por su peso es lento para bloquear y su forma no permite cubrir un ataque y se reduce en cerca de una pulgada su alcance máximo.
El Corvo, una vez que se lanza el primer golpe, no puede detenerse, debiendo emplearse con la máxima violencia y agresividad (se vuelve a repetir, el Corvo desgarra y fractura, no como los cuchillos corrientes que cortan y punzan). Por esto, el primer golpe debe ir a un objetivo vital e incapacitante y no perderse en atacar las extremidades del enemigo. Quien esgrime un Corvo debe esquivar de forma instintiva (puede ayudarse con el juego rápido de pies y de la mano adelantada) y solo al tener a la vista un blanco seguro, atacar (cuando se ataque el golpe tendrá que ser definitorio por que se entrará en el radio de acción del cuchillo del adversario, así es que se deberá bloquear, cortar, desgarrar, patear, barrer o matar). El ataque se realiza a fondo buscando las partes más sensibles y dando golpe tras golpe, rematando al enemigo múltiples veces. La violencia desatada evita, además, la intervención externa, ya que un tercero que intentara intervenir podría resultar malherido.
Como curiosidad, se puede añadir que los Corvos pueden ser empleados como armas arrojadizas, aunque no fueron diseñados específicamente para ese uso. Los expertos señalan que la mecánica del lanzamiento de Corvos se parece mucho al lanzamiento de hachas.





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